
Y no hablamos ya de edades, la procastinación ocurre desde muy pronto. Cuando era maestro siempre tenía a niños que estaban en la inopia, cazando moscas o con musarañas en la cabeza, era algo innato en ellos, pues encacajaba dentro de lo que se consideran personas distraídas. Pero ahora esos niños tienen muchos más motivos para no concentrarse, para perder eficacia, lo cual repercutirá en su autoestima. Existen investigaciones que han estudiado el tema y han llegado a la conclusión de que esta tipología de personas piensa que el día de mañana será mejor que el de hoy para ejecutar una tarea o realizar lo ya planificado.
¿En qué somos más procastinadores? Se puede decir que en casi todo. Hay quien sabe que tiene que ordenar su despacho, pero nunca encuentra el momento indicado; quien debe planchar o doblar ropa, pero eso puede esperar; quien tiene que cortarse el pelo y nunca encuentra el día; etc. Pero lo peor viene en el mundo de la salud, como dejar de fumar, salir a andar o a correr o empezar un régimen de adelgazamiento.
A la larga, la procastinación supone la falta de concentración y esto repercute directamente en el trabajo que se esté desarrollando en cada momento, siendo una lacra para el mundo del empleo. Por este motivo, es una más de las posibles tareas que podemos empezar a trabajar en la escuela. En este caso, necesitamos de la colaboración familiar, por lo que unos sencillos programas basados en la acción tutorial nos serán de gran ayuda. Veamos algunas ideas:
1. Diversos autores proponen aplicar la regla de los dos minutos. Se trata de que si algo se puede hacer en poco tiempo, aunque no sea urgente, mejor hacerlo. A veces, realizar algo en el momento es más rápido que planificarlo para otro día. En clase, el maestro puede dar un listado de tareas a realizar durante la mañana. Están desordenadas y los alumnos las van planificando según su criterio. En un momento, todos juntos repasan cómo las han dispuesto temporalmente y el maestro les dice ¿cúal podemos hacer de inmediato? Pues a por ella.
2. No distraerse. Esto nos puede causar risa, pues está claro que si estamos atentos vamos a producir más y mejor, pero ¿cómo hacerlo? Daré una receta muy sencilla: no hacer varias cosas a la vez. Y en la escuela, este camino lo vamos a recorrer al contrario. Vamos a realizar en grupo un proyecto, en la primera fase se deben ejecutar tres tareas a la vez, en la segunda dos tareas y en la tercera, una única tarea. Puesta en común: qué pensáis de todo esto. Una variante puede ser un mismo proyecto para todo el grupo, pero habrá quien tenga que ejecutar varias acciones a la vez, mientras que otros sólo irán al grano, es decir, realizando una sóla tarea. Al final, sacamos conclusiones.
3. Poner tiempo a las tareas y un símbolo que indique que no se pueden aplazar. Esto lo vamos a desarrollar en las casas con la colaboración de las familias. Que cada padre o madre piense en listados de cosas que tiene pendientes su hijo, que las anote en una hoja con fechas de terminación y que se comprometa a realizarlas. El padre y la madre estarán atentos para ver el cumplimiento del compromiso personal. Da muy buen resultado si en la lista también se incluyen tareas de los padres.
4. Acabar lo que se empieza. Este es un proceso complicado porque tiene la influencia de la capacidad de perfeccionamiento de cada uno. La actividad va a consistir en buscar un equilibrio, para ello el maestro enviará varias actividades para realizar en casa a lo largo de la semana, dará un tiempo diario más bien justo, y al final de la semana cada cual presentará qué ha hecho. Entre todos se analizan los trabajos y las consecuencias de aprovechar el tiempo.
Como decía el pastor bautista escocés George Claude Lorimer “Aplazar una cosa fácil hace que sea difícil. Aplazar una cosa difícil la hace imposible.” ¿Seremos capaces de sacar a los niños de la inopia y convertirlos en personas activas y eficaces? ¿Somos capaces de serlo nosotros mismos?
Estoy muy de acuerdo con este artículo, ya que considero que la procastinación es un mal que se encuentra a la orden del día en la educación y que se expande posteriomente a nuestro desempeño laboral. Considero que la base que mantiene la procastinación es la evitación, sustentada por el refuerzo negativo que da posponer las tareas (reduciendo la ansiedad/malestar) y centrando la atención en otras actividades neutras o que bien producen un refuerzo positivo.
Además de las pautas señaladas anteriormente propongo que se podría trabajar con los alumnos en “talleres de organización de vida cotidiana” en los que se les enseñe a cómo convertir el tiempo que disponemos en algo productivo y mostrándoles que disponemos tiempo para realizar multitud de acciones si nos lo proponemos.
¡Hola!
Tal y como se ha comentado, el término procrastinación, hace referencia al futuro, y es la acción o el hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables, un mal del siglo XXI.
A pesar de que puede llegar a ser algo normal, pues este trastorno nos puede afectar a todos de forma puntual, se ha llegado a calcular que 9 de cada 10 personas lo padecen. Tal y como dice el psicólogo Willian Knaus, la raíz de la postergación son las autodudas unidas a la baja tolerancia a la tensión, por lo que desde pequeños creo que se ha de trabajar la predisposición y concentración, a partir de actividades como las ya comentadas, u otras como el mindfulness.
Pero, a la vez, me planteo la duda, quizás procrastinar también tenga su lado positivo. Aunque claro, siempre que no se entienda este término como intento fallido de actuar a pesar de conocer las consecuencias negativas de no hacerlo.
Saludos,
Lola Espinosa
¡Hola a todos!
Estoy completamente de acuerdo con lo que muestra este artículo, es la realidad en la que vivimos hoy día. La mayor parte de la sociedad tenemos la mente tan repleta de la lista de cosas pendientes por hacer, que cuando te pones a realizar una no te centras únicamente en ella. La procastinación nos hace dejar para otro momento ciertas tareas y perder el tiempo vagamente en vez de aprovecharlo porque no va a volver.
A mi parecer, son los padres y docentes los primeros que deben organizar las tareas, rutinas y establecer hábitos a los niños desde temprana edad. Así pues, irán acostumbrándose día tras día a lo que deben acatar tanto en el ámbito escolar como en el familiar, ya que normalmente los alumnos también asisten a actividades extraescolares. Esto me parece genial porque siguen formándose como personas y su aprendizaje aumenta en cantidad. Por ejemplo, yo asistía dos veces en semana a clases de informática al igual que a clases de baile y a la vez continuaba con éxito mis estudios. Cada uno emplea su tiempo en sus hobbies conociendo y experimentando lo que le apasiona y entusiasma.
Como dice el dicho: “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, yo soy de esas. Es algo que siempre me han inculcado puesto que no sabes qué imprevistos pueden surgirte al día siguiente que te impidan realizar lo que tenías pensado.
Refiriéndome a las preguntas últimas que lanza el profesor sobre un pastor bautista escocés, considero que puede ser posible sacar a los infantes de la inopia y convertirlos en individuos activos y eficaces por mucho esfuerzo, trabajo, constancia e hincapié que esto conlleve. Es necesario que los padres sean así en primer lugar, pues ya sabemos que ellos hacen lo que ven y por ello, tanto en casa como en el colegio hay que guiarles en un mismo sentido.
En conclusión, hay que hacerles ver que hay tiempo para todo si uno organiza y planifica sus tareas, priorizando lo que sea más importante y mostrando interés en conseguir lo que uno quiere. Y además, deben desarrollar la capacidad de concentración para realizar cada una de las actividades que planteemos evitando que estén distraídos y lleguen al fracaso.
Un saludo, Inmaculada Ruz.
Hola a todos y todas,
Nada más ver el título del post captó mi atención, es un tema que me resulta muy divertido y gracioso y que además me gusta mucho debatir y reflexionar.
A mi parecer, no es un mal del siglo XXI, sino que siempre ha estado ahí, lo que ocurre es que en nuestra sociedad actual se ha agravado con el tema de la tecnología.
Todo el mundo procastina en algo, ya que los intereses de cada individuo son diferentes, y ahí es donde reside el kit de la cuestión. ¿Qué nos interesa o qué nos apetece? nos puede la pereza y priorizamos. La extrapolación o el ejemplo más común es con los estudios, nuestros familiares y profesores siempre nos recuerdan el refrán de “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”. Y tienen mucha razón.
Yo me considero una persona poco procastinadora en los estudios, como me agobio fácil y tengo poca capacidad, estudio al día. Esto no quiere decir que no procastine, de hecho en este puente no he sido muy productiva con respecto a la universidad. Pero tengo un límite y el miedo por el posible futuro agobio y la sensación de culpabilidad por no hacer las cosas me puede, haciendo que me ponga a estudiar.
Cuando estamos en fechas como éstas: de acabar los trimestres, cuatrimestres, y sobre todo, el curso académico…la procastinación se hace cada vez más fuerte. Se apodera de nosotros la pereza, y nos confiamos creyendo que habrá tiempo.
¿Mi truco? No creo que les sirva a todos porque pocas personas escarmientan en cabeza ajena, pero por si os interesa es lo que he mencionado antes: el miedo al futuro agobio y en verdad porque a mi cerebro le da menos pereza tener que estudiarse hoy 3 folios de cada asignatura, que 6 folios mañana.
¿Mi consejo? Marcarte objetivos reales. Si no tienes el habito de estudiar al día, no te lo propongas de golpe y porrazo. Primero intenta, en el caso de que estés en la universidad ir a todas las clases, después saber por qué temas van, luego llevar los apuntes al día, etc. Poco a poco.
Quería aportar mi granito de arena, siento que se haya echo eterno el comentario.
Espero que le sirva a los interesados que hayan llegado a este punto.
Un saludo, Blanca
Me ha llamado la atención el término de procastinación que prima en esta publicación, ya que no tenía conocimiento de éste pero, bien es cierto que no puede haber mejor definición de la decadencia, las desganas y el desgaste en todos los ámbitos que caracterizan la sociedad actual dominada por el conformismo.
En lo que a mi respecta, la etapa de Educación Infantil es crucial para con los niño/as y donde podemos, tanto docentes como familia y entorno, evitar los mitos y las desganas por lo que, concretamente los docentes, considero que pueden radicar ese término (procastinación) empleando y reforzando la motivación, interés, creatividad y espontaneidad de los niño/as, ofreciéndoles alternativas y estrategias que les permiten mantenerse ocupado/as y entretenido/as a la vez que adquieren un aprendizaje significativo.
Hay que transmitirle a los pequeño/as la importancia del esfuerzo y la constancia y, debemos hacerles ver que, aunque cueste o surjan obstáculos, los resultados y satisfacciones llegan y que, cuánto más esfuerzo se emplee en algo mayor será la recompensa y satisfacción; y, por supuesto, tanto niño/as como adultos tenemos que tener claro la frase que dice: “No dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy”.
Coincidiendo con este artículo, así como muchos expertos, la procastinación es unos de los problemas más importantes que abarca la educación. Creo que el tener acceso a tantos estímulos da lugar a que nos convirtamos en nuestro peor enemigo, retrasando y posponiendo aquello que inevitablemente tenemos que hacer.
De acuerdo con Pychyl, no se trata de no saber manejar el tiempo, más bien se trata de una incapacidad de poder controlas las emociones. Cuando tomamos la decisión de no realizar algo, realmente lo que estamos haciendo es intentar mejorar nuestro ánimo puesto que evitamos hacer algo que consideramos agradable.
De todas las medidas que podemos llevar a cabo para evitar la procastinación, destacaría sobretodo, conocer en todo momento la razón por la que estamos haciendo esa tarea en concreto.
Saludos,
Lucía.
Procastinación, lo primero que he pensado al verlo ha sido “¡Dios Mío! ¿Qué es esto?”
He empezado a leer y poco a poco he ido entendiendo su significado… ¡Vaya palabra que tiene más razón que un santo! como se suele decir. Justo, un poco antes de comenzar a escribir he procastinado durante un buen rato, debido a estímulos como el móvil, música de fondo, ventana luminosa que da al parque…
En ocasiones has tenido que ordenar tu cuarto, doblar tu ropa y colocarla en su sitio o incluso tener que pedir cita en la peluquería para cortarte el pelo, y ¿Qué ha pasado? Pues que has estado en Babia, en la inopia o cazando moscas. Al final, ni recoges tu cuarto, ni doblas la ropa ni pides cita a la peluquera. Aunque bueno, eso no es tan importante como el que por ejemplo tiene que dejar de fumar o bajar peso sí o sí, que lo deja y lo deja hasta que la situación puede llegar a agravarse. Hoy en día, aparte de poder estar en Babia tenemos a nuestros amigos los móviles y a nuestro amigo internet que nos ayudan aún más a alejarnos de la tierra.
Me parecería bien que se llevaran a cabo, si no todas, algunas, de las ideas propuestas por el profesor ya que formarían parte de estas las familias, lo que se refiere a la socialización primaria del niño/a.
Como bien ha dicho antes mi compañera Ana Arboledas Molina, “No dejes para mañana, lo que puedas hacer hoy”.
Un saludo, María.
Hola a todos/as,
Me ha llamado mucho la atención el título de este post, creo que como le ha llamado a la gran mayoría. El término procastinación, después de haber leído detenidamente lo que significa, me hace pensar en lo mucho que lo hago día a día sin saber que tenía nombre, ya que le solemos conocer más como “pérdida de tiempo”.
Personalmente a mí me pasa mucho, siempre me planeo la tarde, el día o incluso la semana, y más en época de exámenes, y me encuentro con que quiero hacer muchas cosas que al final, me producen tal agobio que sólo hago la mitad. Hay otras veces que no, que cumplo con todas mis tareas, pero sigue predominando los días donde procastino.
Es en la etapa de Educación Infantil donde podemos modificar este término. Son niños pequeños, están todo el día aprendiendo cosas nuevas y sus cabecitas curiosas no paran de observar su entorno, tanto como familia, amigos y profesores. Es ahí dónde los docentes vamos a desempeñar un papel importante, pudiendo motivarles más y animarles a no dejar las cosas para el último día o momento, sea como hacer la cama o aprender a atarse los cordones. Hay que inculcarle el pensamiento de que no hay que esperar a que llegue el momento, ya que el mejor momento siempre es ahora.
Un abrazo.
Hola a todos:
He visto interesante este artículo, ya que trata de un término que hoy en día se lleva muy a cabo en casi la mayoría de la humanidad. Siempre preferimos dejar las cosas para después, sin pensar que al fin al cabo las tenemos que hacer en algún momento. Lo negativo de todo esto es que siempre tenemos muchas actividades que realizar y siempre obviamos lo menos importante y lo dejamos para otro momento. Se dice que la procrastinación nos afecta a todos en algún momento de nuestra vida, aunque no es menos cierto que a unos más que a otros. Respecto a los niños de temprana edad no podemos dejar que caigan en este término, tenemos que transmitirle la significación de no aplazar sus deberes, ya que al fin al cabo en algún momento deberá hacerlos. Hay que inculcarle la importancia de cumplir sus promesas, cultivarse intelectual y emocionalmente, afrontar sus responsabilidades y dar siempre el frente a sus problemas. Para finalizar, mi opinión es que, debemos realizar cada actividad en el momento justo, sin dejarla para después.
Un saludo
María Maya.
La procrastinación, según la definición, es aplazar asuntos pendientes o, dicho de otra manera, dejar para mañana lo que podrías hacer hoy. Creo que en la actualidad, es algo que todo el mundo hace, a mayor o menor medida. Al fin y al cabo, cada vez tenemos más elementos, al alcance de nuestras manos, que nos pueden despistar de actividades más aburridas. El hecho de tener acceso a internet en todo momento hace que, si en algún momento dado mientras haces algo “no agradable” te aburres, puedas coger el ordenador y el móvil y dejar a un lado todo lo demás. Y claro, esto puede traer consecuencias si no finalizas tu trabajo.
En mi opinión, esto es algo que se debe trabajar con los niños y las niñas, ya tienen muchas oportunidades de distracción a su alrededor. Creo que sería interesante que hicieran actividades relacionadas con sus gustos para así a la vez compaginarlos con actividades menos agradables sin que tengan que procrastinar, ya que saben, que haciendo ese trabajo también van a recibir a cambio algo que de su gusto.
Un saludo.
Buenos días a todos.
Al empezar a leer el blog, me he detenido en este artículo porque el término me ha llamado mucho la atención, y es que está siendo utilizado por uno o varios anuncios de televisión y no sabía lo que significaba, ya que realmente no le estaba prestando atención al televisor, sino al teléfono móvil.
Me parece que la procrastinación está a la orden del día, que siempre ha existido como he leído entre los comentarios anteriores, pero ahora, con las nuevas tecnologías, se ha agravado y eso en gran medida es cierto. Pero también considero oportuno resaltar, que estamos en un tiempo en el que el “vivir el momento” es tan importante, que, a veces, las cosas realmente relevantes, no es que se dejen para después, es que nunca se hacen.
Desde la escuela se debería trabajar ésto. Ser ordenados con nuestras cosas y con lo que tenemos que hacer durante el día. Como bien dice mi madre, “lo que se deja para después nunca se hace”, por eso, si debemos hacer una cosa, debemos hacerla cuanto antes, y esto es algo en lo que deberíamos crear conciencia y una cultura del trabajo bien organizado, desde nuestras aulas.
Para concluir con mi opinión considero necesario resaltar que este tipo de actitudes no se enseñan a los alumnos de manera teórica, sino que nosotros mismos debemos llevarlo acabo y predicar con el ejemplo de no dejar las tareas importantes ni difíciles para después porque al fin y al cabo tenemos que hacerlas.
Un saludo.
He decidido leer este texto, ya que me ha llamdo la atención el título porque me ha resultado nueva la palabra “Procastinación” y quería saber su significado. Bien, tras leer este texto he de decir que ya he resuelto mi duda respecto al significado de la palabra y que estoy completamente de acuerdo con lo dicho en él, hoy en día estamos superados por las cosas que tenemos que hacer, y eso nos lleva a esa procastinación. Veo muy interesante las ideas que se exponen para intentar remediar esto, yo misma en más de una ocasión he tenido que pararme a pensar que estaba haciendo, al final he querido abarcar más de lo que podía y la consecuencia de ello, es no terminar ninguna de las cosas. Encuentro muy interesante el método a seguir para conseguirlo, creo que es sencillo y que daría muy buenos resultados, si desde pequeñitos les inculcamos esos hábitos, ellos llegarán a hacerlos casi sin pensar, lo que mejoraría mucho su concentración y les daría más tiempo para emplearlo en otras tareas. Debemos de inculcarles que las cosas hay que hacerlas en su tiempo, y que no se puede dejar para mañana lo que tenemos que hacer hoy.
Nada más leer el título de este artículo ya tenía toda mi atención focalizada, y es que, se trata de una de las palabras que se encuentran presentes en mi día a día.
Por desgracia, mi concentración suele ser baja y a la hora de realizar tareas me supone distraerme fácilmente y, como hemos leído en el texto, me paso a otra tarea (ya sea ver vídeos, contestar mensajes, incluso pintarme las uñas) de forma casi inconsciente. Por eso me parece de gran importancia y utilidad los consejos que has dado para ponerlos en práctica a la hora de dar clases, pues así ayudaremos a nuestros pequeños a mejorar esta capacidad de centrarse en tareas.
En esta etapa educativa, Educación Infantil, es esencial en cuanto a la adquisición de determinadas conductas, es por ello que trabajando este concepto, el cual está tan de moda actualmente, podemos evitar que a la larga genere problemas.
Nada más leer el título de este artículo ya tenía toda mi atención focalizada, y es que, se trata de una de las palabras que se encuentran presentes en mi día a día.
Por desgracia, mi concentración suele ser baja y a la hora de realizar tareas me supone distraerme fácilmente y, como hemos leído en el texto, me paso a otra tarea (ya sea ver vídeos, contestar mensajes, incluso pintarme las uñas) de forma casi inconsciente. Por eso me parece de gran importancia y utilidad los consejos que has dado para ponerlos en práctica a la hora de dar clases, pues así ayudaremos a nuestros pequeños a mejorar esta capacidad de centrarse en tareas.
En esta etapa educativa, Educación Infantil, es esencial en cuanto a la adquisición de determinadas conductas, es por ello que trabajando este concepto, el cual está tan de moda actualmente, podemos evitar que a la larga genere problemas.
Estoy totalmente de acuerdo con el texto, esta es nuestra actualidad, aplazar los asuntos pendientes, o dejar para mañana lo que puedes hacer hoy. Pero si dejas las cosas pendientes para mañana, tendrás más cosas que hacer, y al final te agobias. Así que es mejor hacer las cosas en su debido tiempo.
Una estrategia buena para combatir la procrastinación, sería autoimponerse fechas límites y convencerse de que son improrrogables. Así no correrás el riesgo de dejarlo todo para más tarde.
También considero que muchas personas procrastinan las tareas que aburren, que no les gusta realizarlas. Sin embargo, realizamos con tiempo las tareas que sí nos gustan.
A los más pequeños les podemos inculcar hábitos para compartir con la procrastinación, así mejorará su atención, además ellos deben saber que cuanto más pospongamos las tareas, más difícil se nos hará realizarlas más tarde.
Buenas tardes a todos y a todas,
Vivimos en una sociedad caracterizada por la inmediatez, en la que aquello que requiere más tiempo del que pensábamos dedicarle nos supone un gran reto y, como bien dice el artículo, tendemos a posponerlo.
En mi caso, para combatir con este “mal”, recurro a una herramienta que me es muy útil en todos los aspectos de mi vida: escribir. Cuanto tengo muchas tareas que realizar, nada más levantarme, hago un listado de todas ellas. De esta manera comienzo el día teniendo una visión global de mis quehaceres. Aunque ese listado normalmente esté constituido por tareas académicas, también intento incluir asuntos pendientes personales, como hacer una llamada a un familiar o reservar un tiempo para hacer aquello que me gusta, ya que suelo dejar aparcados mis hobbies en un segundo plano y eso no es nada bueno, pues debe haber cierto equilibrio entre lo laboral y lo personal.
Con esta estrategia soy consciente de todo lo que tengo que hacer y el hecho de ir tachando del listado las tareas completas me satisface enormemente y me libera de la tensión acumulada. Sin embargo, por mucho que planeamos los días, estos siempre están llenos de imprevistos con los que tenemos que combatir. No obstante, no considero que estos sean negativos, ya que nos ayudan a tomar decisiones y a ser personas resolutivas. Por eso, si al finalizar el día hay algo que no he cumplido intento añadirlo como prioridad al día siguiente.
¡Espero que este pequeño truquito os haya servido!
Para finalizar me gustaría proponer una reflexión sobre el dicho popular “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” ¿Qué pensáis acerca de este consejo?
La procastinación, como se explica en el artículo siempre ha existido, pero ahora con las nuevas tecnologías, se ha agravado.
La Etapa de Educación Infantil es crucial para los niños/as y donde podemos, tanto docentes como familia y entorno, evitar los mitos y los desganos. Yo considero que se puede radicar este término (procastinación) empleando y reforzando la motivación, interés, creatividad y espontaneidad de los niños/as, ofreciéndoles a la vez que adquieren un aprendizaje significativo. Hay que transmitirles la importancia del esfuerzo, cuanto mayor sea la recompensa será mejor. Tanto los niños/as como los adultos tenemos que tener presente la frase que dice: ¨no dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy¨.
Buenas tardes, no tenía conocimiento de éste término pero ahora que lo conozco estoy bastante de acuerdo con este texto, la procrastinación es algo que siempre ha existe pero en la actualidad aún más y existe en todos los ámbitos de nuestro día aunque en unos más que en otros. Hay que trabajar para que éste no se expanda aún más en el futuro por lo que debemos erradicarla desde la infancia llevando a cabo programas de acción tutorial con los padres, transmitiéndoles la importancia del esfuerzo, cuanto mayo sea éste mayor será la recompensa.
Estoy totalmente de acuerdo con lo que se plantea en este artículo. Resulta desolador pensar que ahora cualquier actividad que hacemos o planificamos no se llega a realizar de manera adecuada o directamente no se lleva a cabo. En este caso nos centramos en el alumnado, pues es el tema que nos toca de lleno, pero no podemos olvidar que ellos son en la mayoría de los casos el reflejo de nosotros, los adultos.
Es indiscutible que la procastinación es algo que se ha acentuado de manera significativa con el surgimiento de las nuevas tecnologías y más aún con la aparición de las tan famosas redes sociales. Resulta bastante difícil concentrarse en una actividad cuando tienes al lado un dispositivo móvil que te está continuamente mandando señales de que hay alguien ahí que quiere hablar contigo y sacarte del aburrimiento que te pueda estar causando la tarea que tienes que realizar en ese momento. Además, estos sistemas nos otorgan una inmediatez que nos hace sentirnos muy bien. Nadie ahora quiere pasar horas leyendo sobre un tema, buscando información, etc., cuando con un click puede estar conectado con su mejor amigo y comentando lo que va a hacer esta noche.
En cuanto a las actividades o estrategias planteadas considero que la tercera podría ser muy producente. A la vez que el niño está aprendiendo el valor de aprovechar el tiempo, los padres también lo hacen. Esto refuerza al niño y sirve como ejemplo por lo que el aprendizaje será más significativo.
La procrastinación, el antiguo “después lo hago”, “5 minutos más y empiezo”.
Podemos entenderla como una guerra entre estímulos, ganando siempre el más llamativo, como una disputa entre el a corto plazo o el a largo plazo, entre lo aburrido o lo divertido.
Además como bien se comenta en el artículo, la sociedad parece estar hecha a la carta del procrastinador. Cada vez hay más cosas que hacer, tareas que a priori sólo ocuparán unos minutos de nuestro tiempo, pero terminan eternizándose y ocupando horas. Tomemos el ejemplo de las plataformas de entretenimiento, en un comienzo emitían series con capítulos de unos 40 minutos, ya están rebajándolas a 20 minutos, como digo, al servicio del procrastinador. Si un adolescente tiene que elegir entre ver una serie de 20 minutos o estudiar para su próximo examen, inocentemente, elige relajarse durante un momento viendo su serie, relegando el estudio para un después que parece no llegar.
En edades tempranas, hay alumnos procrastinadores que pueden ir saliendo del paso estudiando la tarde de antes, haciendo los deberes a último momento, pero cuando la carga lectiva va en aumento y no pueden depender sólo de su memoria, el autosabotaje que implica procrastinar se les viene en contra y ven caer su rendimiento, su autoestima, pues probablemente no han entrenado hábitos de estudio y no sepan controlar el impulso de dejar para después.
El abordaje de esta cuestión es complicado, pues cuando el alumno decide posponer la tarea, se está viendo reforzado al evitar una conducta desagradable (reforzamiento negativo) a la vez que disfruta con un estímulo apetitivo (reforzamiento positivo). Como vemos un doble reforzamiento que tiene que competir contra consecuencias negativas pero, casi siempre, lejanas, como suspender. Desde los centros se debería trabajar para ayudar a estos alumnos, dotándoles de herramientas para organizar su tiempo y para controlar sus impulsos.