Mover ficha. A propósito de la formación del orientador educativo

orientaHa pasado ya un año desde que el Máster de Educación Secundaria sustituyó al obsoleto CAP y ha llegado el momento de realizar algunas reflexiones al hilo de las últimas noticias aparecidas. Me referiré, como es obvio, a la formación de orientadores en la especialidad de Orientación Educativa, si bien dejaré a mi paso algunas pinceladas sobre el resto del Máster.

Hasta ahora los orientadores educativos venían de la Pedagogía y de la Psicopedagogía en su mayor parte, y se completaban con psicólogos que habían cursado el CAP, una enseñanza que merece todo el desprecio que se nos pueda ocurrir en el campo que nos ocupa, pues ni disponía de espacio curricular propio. Pero, en fin, así estaban las cosas. Ahora el Máster de Secundaria estrena la especialidad de Orientación Educativa. A ella asisten exclusivamente Psicólogos, por ahora los pedagogos y psicopedagogos están excluidos como es lógico, aunque no descarto que los librepensadores de la Administración educativa obliguen a éstos a realizarlo en el futuro. Aquí cabe una reflexión fundamental: evidentemente ignoran la formación que un pedagogo o un psicopedagogo recibe en su correspondiente carrera, en la que existen muchos créditos enfocados básicamente a la orientación educativa, frente a ninguno de los psicólogos.  A cambio, se pretende formar a un orientador con una formación general en la que están juntos todos los aspirantes al Máster sean de la especialidad que fuere, más una ridícula (insisto, ridícula) formación de 18 créditos repartidos en tres asignaturas (realmente son dos porque una está desdoblada en dos) con nombres aún más ridículos:

  • Complementos para la formación disciplinar en orientación educativa (6 ects)
  • Aprendizaje y enseñanza en orientación educativa i (6 ects)
  • Aprendizaje y enseñanza en orientación educativa ii (6 ects)

Para darle un toque de más confusión al panorama, la Psicopedagogía se excluye del nuevo catálogo de títulos de Grado y pasa a formar parte del maremagnun de Másteres que inundan el mercado universitario. Pero aún más, se deja a criterio de cada universidad que le dé el toque original que desee, surgiendo así un espectro casi interminable de posibilidades al unir al nombre cualquier adjetivo pensable.

Pero no queda la cosa aquí, en un escrito del 21 de septiembre de 2010, varias asociaciones de padres coordinadas o dirigidas, no se sabe muy bien, de forma brillante por los psicólogos (confederación, colegios oficiales) han suscrito un manifiesto autoproclamándose los guardianes de la educación de nuestro país. Se declaran, de entrada, “profesionales cualificados”, como si los que actualmente están trabajando en los centros como orientadores no lo fueran. Y se asignan tareas de apoyo al tutor. Además asumirían cuatro funciones principales:

2.1.- La evaluación diagnóstica en contextos educativos.

2.2.- El asesoramiento psicológico a alumnos, padres, profesores y autoridades académicas.

2.3.- La intervención de tipo correctivo, preventivo y optimizador.

2.4.- La coordinación sistemática con otros profesionales y la adecuada derivación en tiempo y forma.

Y sigue el mismo documento:

“El psicólogo, graduado o licenciado en psicología, ha de haber cursado además un máster específico de Psicología de la Educación, centrado en la capacitación profesional para ejercer en contextos educativos, dado que el actual máster de Formación del Profesorado no es, en modo alguno, el medio adecuado para formar a estos profesionales”.

Después de esta sugestiva oferta ¿qué queda para los pedagogos y para los psicopedagogos? ¿Servimos para algo o estamos llamados a desaparecer? ¿Alguien se atreve a mover ficha?

Cinco propuestas básicas para atajar el fracaso escolar

Pasado ya un tiempo de la aparición del Informe PISA y ahora que el Pacto en Educación está en vía muerta, es un buen momento para que desde la Pedagogía y la Psicopedagogía se hagan algunas propuestas para paliar el problema del fracaso escolar.
En realidad se trata de una cuestión que no pasa de moda ,de forma que se puede considerar un tema de continua actualidad. Tanto en periódicos como en radio y televisión los comentarios sobre los errores del sistema educativo son permanentes. Las tertulias televisivas o radiofónicas afinan sus críticas al sistema y al gobierno en una especie de cacería donde todas las artes están permitidas. Da igual la formación de los contertulios, las opiniones emanan con aparente lucidez con argumentaciones y perspectivas dispares. Todo el mundo tiene soluciones al problema. Cualquiera es bueno para decir lo que piensa, otra cosa distinta, es que le ampare la razón y que ésta sea tenga realmente fundamento.
Hecho este preámbulo, llevaré a cabo algunas reflexiones sobre este tema, desde mi posición de profesor de universidad y maestro que he sido durante 17 años. El fracaso escolar hoy viene influido decisivamente por la propia configuración de la sociedad. Es cierto, que siempre ha existido esta relación, pero en la actualidad, y mucho más en el futuro, la dependencia va a ser vital. Los nuevos modelos de familia, desestructurados unos y con los roles paterno-materno cambiados otros, unidos a las jornadas laborales intensas, han favorecido en muy poco tiempo que la relación padres-hijos se haya minimizado al máximo. De aquí viene la pregunta ¿quién educa hoy a nuestros hijos? En la respuesta encontramos ya una primera responsabilidad.
Por otro lado, la influencia de la Sociedad de la Información en la familia, pero especialmente en la juventud está siendo brutal, con sus matices positivos y negativos. El niño dedica horas de su tiempo, llamémoslo libre, a navegar sin rumbo por internet o a largas y estúpidas charlas en el messenger, en algunos casos con el vecino que tiene tres casas más abajo de la suya.
La escuela, anclada como ninguna otra institución en la tradición más formalista, no ha sabido ponerse a la altura de las demandas sociales, de las necesidades del niño que accede a las aulas. Ni los maestros están mejor formados que antes, ni el Máster en Secundaria ha mejorado como se preveía a los candidatos a profesores de Secundaria (de la especialidad Orientación Educativa mejor no hablar, me reservo el turno para otro artículo). Hablo en términos globales, porque existir sí existen comunidades de aprendizaje que han roto moldes y estructuras pedagógicas. Pero, desgraciadamente, son las menos.
Dicho esto y para no cansar a los lectores, lanzo ya mis 5 propuestas básicas:
1. Obligar a los futuros padres (la palabra suena dura, pero no se me ocurre otra) a realizar cursos de formación previos al acceso de sus hijos a la escuela y después continuarlos de forma sintonizada con la evolución y características psicopedagógicas de su hijo.
2. Fomentar la realización de tutorías. Los padres tienen la obligación (de nuevo aparece esta palabra), al igual que los tutores, de poner en común formas de ayuda a través de las entrevistas tutoriales. Una vez al trimestre es lo mínimo que se me ocurre. A través de la colaboración entre centros y servicios sociales de los ayuntamientos se tienen que arbitrar medidas para que los padres asistan cuando se les cita.
3. No adelantar por inercias corporativas de los propios centros educativos el inicio de aprendizajes tan importantes como la lectoescritura. Cada cosa a su tiempo y no es razonable que en Educación Infantil se plantee de manera generalizada en casi todos los colegios españoles.
4. LLevar a cabo un auténtica prevención del fracaso escolar. Tener listos al profesorado de apoyo para intervenir en el mismo momento que los problemas empiecen. Hacer programaciones compartidas y modificar, si fuera preciso, el modelo de refuerzo, haciéndolo el tutor y llevando a cabo la clase ordinaria el maestro de refuerzo.
5. Dotar de Departamentos de Orientación a todos los centros desde Infantil hasta Secundaria con una ratio adecuada (1/300 como máximo).
Puedo terminar diciendo aquella coletilla de “Continuará….”. Por ahora creo que es suficiente.

Orientación académica y profesional

En estos tiempos que corren tan adversos para una orientación educativa de calidad (nefasta ha sido la iniciativa de la Administración educativa de crear el itinerario Orientación Educativa dentro del nuevo Máster en Secundaria, del que me ocuparé en otro artículo), la empresa digital Educaweb (http://www.educaweb.com/) sigue apostando por la orientación académica y profesional, para lo que convoca un Premio de Orientación Académica y Profesional, cuyo fallo de la segunda edición ha aparecido recientemente.Tal y como señala el equipo de redacción de Educaweb, la finalidad del Premio Educaweb es reconocer el trabajo en orientación académica y profesional que realizan instituciones y profesionales individualmente. Con este número especial de su revista digital se divulgan las buenas prácticas que han contribuido a la mejora de la carrera académica y profesional de muchas personas.

Los premios son:

Modalidad 1: Orientación académica y profesional
Categoría Institucional1r Premio: Metalízate. Proyecto de Orientación profesional de la Fundación Metal Asturias
Categoría Individual1r Premio: http://www.educaweb.com/esp/servicios/monografico/mono_premi_2009/Orientad@s.pdfde Pilar Blasco Calvo. Doctora en Ciencias de la Educación y Jefa del Departamento de Orientación del Instituto de Educación Secundaria Sorolla de Valencia.

Modalidad 2: TIC y Orientación
Categoría Institucional1r Premio: Promoción Profesional del pedagogo/a y psicopedagogo/a del Col·legi de Pedagogs de Catalunya.
Categoría Individual1r Premio: L’orientació a l’abast. de Lluís Inclán García-Robés, profesor de Latín del IES CENDRASSOS de Figueres (Girona).

Modalidad 3: Orientación laboral
Categoría Institucional1r Premio: Taller activo de búsqueda de empleo de Master D.
Categoría Individual1r Premio: A los 40 se aprende y se emprende de Mª Luisa Sánchez Almagro, Jefa del Departamento de Orientación y Diversidad Escolar del Centro Regional de Innovación y Formación (CRIF) Las Acacias durante el año 2008-2009. Actualmente, Orientadora Educativa en el Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA) Los Rosales.

Enhorabuena a los ganadores y felicitaciones a Educaweb por la iniciativa y a continuar con ella. La única pega que se les puede poner es que algunos de los proyectos están sólo en catalán, lo cual dificulta la comprensión a los que no hablamos esta lengua. Sería deseable que, en su caso, estuviera en catalán y en castellano.

La importancia de la orientación educativa

La orientación educativa, olvidada prácticamente en la configuración de los nuevos estudios de Grado que se están aprobando en los últimos meses en todas las universidades españolas, ocupa, sin embargo, un papel de gran relevancia en la formación del alumnado por cuanto incorpora entre sus finalidades aspectos que redundan en la calidad del proceso educativo.

En la revista MUFACE nº 215 de julio-septiembre de 2009, se aborda este tema en el artículo que se transcribe literalmente a continuación. Para todos los docentes, familias y sociedad en general su contenido puede ser el punto de partida de un debate mucho más profundo.

LA IMPORTANCIA DE LA ORIENTACIÓN EDUCATIVA

La sociedad ha cambiado, y con ella la escuela. Cada vez es más necesario asesorar al profesorado sobre problemáticas que antes no existían: multiculturalidad, violencia escolar, compensación de desigualdades… Por eso la orientación se ha convertido en los últimos años en una faceta clave del proceso educativo, desde la etapa infantil a la universidad.

“Es preciso que la Administración educativa siente las bases mínimas de un modelo de orientación español, con unos acuerdos básicos a todas las comunidades autónomas. Un modelo basado en la calidad, en el trabajo de profesionales que atiendan a todo el alumnado, con o sin necesidades educativas, que asesoren al profesorado y orienten a las familias”. Así se ha puesto de relieve en las jornadas celebradas recientemente en Murcia por parte de la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España (COPOE).Los profesionales del sector advierten que cada vez es más importante asesorar a los docentes sobre problemáticas que antes se desconocían. Estamos hablando, por ejemplo, de lo que se ha dado en llamar “alumnos disruptivos”, de la desmotivación, del déficit de atención o la hiperactividad o de fenómenos violentos como el acoso escolar o el ciberbullying.

Por lo mismo, los docentes también precisan que les ayuden en temas como: materiales específicos para trabajar la diversidad, agrupamientos más flexibles, formación en TIC aplicadas a la educación, evaluación, tutoría o simplemente medidas para mejorar la convivencia en el aula. La Ley Orgánica de Educación (LOE) señala que “corresponde a las administraciones educativas promover las medidas necesarias para que la tutoría personal del alumnado y la orientación educativa, psicopedagógica y profesional constituyan un elemento fundamental”.

“Ante esta nueva sociedad, configurada por las redes de la información y de la comunicación, ante este mundo global y digital y los nuevos modos de enseñar y de aprender, los profesores deben desempeñar un papel fundamental a la hora de preparar a los alumnos para ocupar el lugar que les corresponde en la sociedad y en el mundo del trabajo”. Lo dice la doctora en Ciencias de la Educación Concepción Monge, autora del libro Tutoría y orientación educativa. Nuevas competencias. Esta experta cree que el papel del profesorado ha cambiado necesariamente, pero el objetivo final sigue siendo el mismo: conducir al alumno a la construcción de su proyecto de vida. “El docente tiene que poner al alcance de sus alumnos los elementos y herramientas necesarias para que ellos mismos vayan construyendo su conocimiento, a la vez que se remarca la necesidad de un aprendizaje activo, significativo, cooperativo y vivencial”.

España cuenta con un complejo sistema de orientación regulado en cada una de las comunidades autónomas. Así, en Infantil y Primaria hay orientadores a tiempo completo en determinados centros, y en otras CC.AA. están integrados en equipos que atienden esporádicamente a cada centro. Por lo general, en Secundaria el modelo es más homogéneo, a través de los denominados departamentos de Orientación.

Diversidad de las aulas

 

No obstante, según COPOE, falta mucho camino por recorrer, “ya que no es de recibo que un solo orientador deba atender a más de 1.000 alumnos. Imaginemos que sólo hubiera un médico en cada localidad independientemente del número de habitantes”. En la actualidad, tal y como recomienda la Unesco, sería necesario una ratio de un orientador por cada 250 alumnos. En su Manifiesto por la Orientación, aprobado en Murcia, COPOE cree necesario atender a las dificultades de aprendizaje, cada vez más generalizadas, las necesidades educativas especiales, la multiculturalidad creciente y las desventajas socioeducativas. “Se imponen modelos educativos que requieren la intervención de profesionales complementarios a los docentes. Del ámbito social, como trabajadores y educadores sociales, de otros sectores, como la sanidad, y, especialmente, profesionales de la orientación”.
Muchos de los que se dedican a esta especialidad creen que si hubiera un mayor fomento de los planes de orientación, nuestras cifras de abandono y fracaso –actualmente cercanas al 30% en Secundaria– serían muy inferiores. “La creciente diversidad del alumnado, derivada de necesidades educativas especiales, de orígenes étnicos y socioeconómicos diversos, de los diferentes estilos de aprendizaje…, requiere de departamentos de Orientación fuertes que ayuden al profesorado”, apunta Ernesto Gutiérrez-Crespo, presidente de la Asociación de Psicopedagogía de Euskadi (Apside), quien recuerda que ésta es una tarea intrínseca a la labor educativa: “Todo educador debe ser orientador, aunque la complejidad de esta tarea exige la existencia de profesionales especialistas en este campo”.
No hay que olvidar que la LOE asigna a los orientadores un papel específico para que funcionen determinados aspectos de la enseñanza, entre ellos, la evaluación psicopedagógica para acceder a los programas de integración o compensatoria, los programas de aprendizaje básico (PAB), los de refuerzo, orientación y apoyo (PROA), los de diversificación curricular o los de cualificación profesional inicial (PCPI). En opinión de Ana Cobos, presidenta de la Asociación de Orientadores y Orientadoras de la provincia de Málaga (AOSMA), esta labor “influye en gran medida en el rendimiento personal y académico del alumnado, pues se encarga de atender su diversidad”, y además “desde los programas de orientación académica y profesional, se hace llegar a cada estudiante la información correspondiente a la oferta educativa, no sólo de la zona, sino también del propio centro, de forma que se les ayuda a construir su propio itinerario académico y profesional”.
Proceso continuo
Los expertos consideran que la especialidad ha pasado de ser una intervención reducida a momentos puntuales a convertirse en un proceso de ayuda continuado en el tiempo, que pone especial énfasis en la prevención y en el desarrollo personal, eso sí, a lo largo de toda la vida. “Hoy se incide en una práctica entroncada en el proceso educativo –explica Monge–, de forma que el alumno es un sujeto activo y la orientación se concibe como un proceso continuo. Aquí radicaría la mejora en el rendimiento del alumno. Los tres principios básicos en los que se fundamenta son prevención, desarrollo de capacidades e intervención social”. Gutiérrez-Crespo señala que la formación del profesorado es una de las asignaturas pendientes, y apunta que en los últimos años ha habido muchos cambios en las leyes educativas sin que hayan incidido en su importancia. “El CAP ha demostrado ser absolutamente insuficiente para favorecer la competencia educativa del docente que, especialmente en Secundaria, más que un impartidor de materias, es un educador que ha de favorecer el crecimiento integral de su alumnado”. También deja claro que el docente sigue siendo, a pesar de todo, un modelo para su alumnado. “La forma de interactuar con el grupo, de resolver los conflictos que surgen, la aplicación de estrategias para aprender a enseñar…, son aspectos fundamentales que dejan profunda huella en el alumnado”. Para este profesor “el mejor alumno o alumna ya no es el que más contenidos es capaz de asimilar, sino aquel que sabe afrontar situaciones nuevas”.
Ana Cobos, que desempeña su labor en el IES Ben Gabirol, de Málaga, advierte que la formación en competencia emocional para el profesorado es fundamental en la gestión de las propias emociones y del alumnado. “La materia prima con que se trabaja es la persona, y si no se tienen en cuenta estos aspectos, lo que repartiremos será insatisfacción. Aprender a escuchar, a identificar las emociones y a poner en funcionamiento estrategias para afrontar los conflictos y hacer de éstos una fuente para el aprendizaje es todo un reto por el que merece la pena trabajar”.

Daniel Vila

ENTRE TODOS
El asesoramiento a las familias es clave “porque la sociedad es cada vez más compleja y los padres lo tienen mucho más difícil”. Esto sitúa la orientación como un factor básico de la enseñanza, desde la primera infancia hasta la madurez, a cargo de profesionales preparados en esas problemáticas específicas y con un profundo conocimiento de las necesidades educativas y laborales de nuestra sociedad. Concepción Monge piensa que se han de potenciar las interacciones entre profesores, orientadores, alumnos, familiares: “Porque el alumno sencillamente forma parte de esos ámbitos: es alumno, es compañero, es hijo, es ciudadano… Sin embargo, la estructura organizativa, la pluralidad de profesores, la variedad de los objetivos educativos y el funcionamiento complejo de los centros, sobre todo en Secundaria, son razones suficientes para determinar la necesidad de la figura del tutor, cuya designación responde a la intención de personalizar y dar sistematicidad a los procesos educativos”. Por otra parte, el rol tradicional del profesor como transmisor principal de contenidos está absolutamente superado. Ahora los profesionales de las aulas deben saber cómo interactúan los grupos, identificar las características diferenciales de los adolescentes, por lo que es preciso formarles en competencias psicopedagógicas, explica Ernesto Gutiérrez-Crespo, que trabaja en el Instituto de FP Superior Elorrieta-Erreka Mari, de Bilbao. “Se deben aprovechar ?–dice– las nuevas tecnologías de la información para superar metodologías excesivamente magistrales. Como se suele decir: ‘Los profesores somos personas nacidas en el siglo xx que, con frecuencia, educamos alumnado para el siglo XXI con metodologías del siglo XIX’. Esto es lo que debe cambiar radicalmente”.

 

Número monográfico sobre Orientación Profesional

La ya veterana “Educaweb.com” ha publicado un número monográfico dedicado a la Orientación Profesional, que abarca mucho más que lo que indica su título. Esta revista digital gratuita alcanza ya en este número 174 de 22 de septiembre de 2008 la cifra nada desdeñable de 63888 suscriptores. Esto otorga un peso importante a los artículos de opinión que se recogen en la misma. Entre otros destacan:

  • La magia de la orientación profesional y sus dificultades habituales.
  • La Orientación como elemento de calidad en el sistema educativo.
  • Funciones ocultas de los orientadores en los centros educativos.
  • Una mirada al “mago sin magia”. De la orientación al asesoramiento psicopedagógico en la escuela.
  • La orientación académica y profesional en Andalucía Funciones de los orientadores de los centros de educación de personas adultas en la Comunidad de Madrid.
  • Las funciones del orientador.
  • Facilidades y dificultades en el diseño de programas de orientación profesional.
  • La orientación profesional como importante misión del departamento de formación y orientación laboral en los centros de formación profesional.
  • Los programas de orientación profesional: ¿Qué se aprende y cómo se enseña?

La mayoría de estas aportaciones vienen de la mano de orientadores profesionales de diversos centros de la geografía nacional, lo cual confiera aún más veracidad a las mismas. El monográfico se completa con otros documentos de directivos y técnicos relacionados con la orientación profesional.

En la editorial, titulada “La orientación como pieza clave del sistema educativo”, se destaca el valor que tiene para la educación actual la orientación: “… la orientación académica y profesional es una pieza clave para mejorar. El acompañamiento a lo largo de la vida de las personas en su carrera profesional tiene todo su sentido”. Y se destaca su verdadera utilidad cuando se afirma: “Para los jóvenes adolescentes en la ESO y el bachillerato o los ciclos formativos y para los adultos que trabajan o están sin empleo. Para los que tienen buenos resultados académicos y para los que tienen dificultades. Para los que tienen posibilidades económicas y para los que viven en familias en riesgo de exclusión. Para formarse en el extranjero o para formarse online. Para los que quieren hacer un MBA en una de las mejores escuelas de negocios y para los que llegados de otro país no conocen las opciones de formación de adultos. Para los que nunca han trabajado, para los parados o para los directivos”.

En definitiva, un monográfico de lectura imprescindible:

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El orientador en los centros

Es triste leer cartas como esta, firmadas por profesores de Secundaria desengañados del sistema y con una visión puntual del mismo, en las que arremeten contra todo lo que se pone a su paso sin pararse a pensar en lo injusto de sus acusaciones.

Si el día que a mi me multen de forma injustificada empiezo a decir que todos los agentes de tráficos son innecesarios e inútiles, si el día que el médico de familia me recete algo que no me da resultado digo que la sanidad es un asco, o si el día que a mi hijo le toque un tutor como el que firma el artículo digo que todos los profesores de Secundaria deberían dedicarse a otra cosa, es evidente que estaría cometiendo una grave injusticia porque estaría generalizando hechos puntuales.

Pienso que estaréis de acuerdo en todo esto tras leer el siguiente artículo aparecido el Diario Hoy el 2 de julio de 2007 (http://www.hoy.es/prensa/20070702/cartas_opinion/orientador-centros_20070702.html), en el que un exaltado profesor de Secundaria se dedica a verter acusaciones contra el orientador de su centro y las hace extensivas a todos los orientadores. Está claro que esta persona ignora el logro que ha supuesto para la educación el incorporar dentro del Sistema Educativo a la figura del orientador. Las investigaciones y las experiencias llevadas a cabo en los últimos años así lo demuestran.

El colmo de los colmos, prueba evidente del desconocimiento supino -como dirían los maestros del pasado, colectivo al que pertenece este profesor- es que abogue por una orientación de corte psicológico y remedial basada en diagnosticar y no en prevenir como debería ser lo habitual.

Ojalá con el tiempo podamos librarnos de profesores como este y de orientadores como el que toma de ejemplo.

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Cartas
El orientador de los centros
JUAN CARLOS LÓPEZ SANTIAGO/JARAÍZ DE LA VERA

Como profesor y tutor de un curso de la ESO he de proclamar que la figura del orientador en los Institutos es prescindible y superflua, y me explico: Hemos sido en algunas ocasiones los propios profesores los que, detectando anomalías en las capacidades intelectuales de nuestros alumnos, hemos dado la voz de alarma por el retraso que atesoran y claro, a esos niños por pura negligencia de quien corresponda no se les ha atendido en su justa medida con programas específicas que para tal efecto están tipificados en la ley, sencillamente porque no se ha trabajado celosamente. Si por un casual un tutor sugiere al gabinete de orientación su inquietud por un alumno y que a tal efecto, le realicen el estudio que proceda, entonces arguyen que no tienen tiempo, que están sobresaturados, que son muy pocos y que no pueden desdoblarse y patatín y patatán.La única misión del orientador que un servidor ha comprobado es la de dar material al tutor para rellenar el periodo lectivo que semanalmente le dedicamos a nuestros alumnos; la tutoría. Este material que recibimos estereotipadamente un año sí y otro también es la más de las veces inoperante, aburre a los alumnos que están saturados de encuestas y que encima son las mismas.Creo que los orientadores son un colectivo de relleno, que los han puesto allí para legitimar que poseemos una calidad de enseñanza óptima, lo cual es también más que discutible. Si es el profesor el que ha de realizar las adaptaciones curriculares, entre otras atribuciones, entonces, ¿para qué están ellos? Quizás para darnos más trabajo y como intrusistas, nosotros hagamos el suyo, porque no tienen tiempo, claro.Asimismo cada nuevo curso cambia el equipo de orientación de modo que el nuevo tiene que empezar de cero y eso no ayuda precisamente a que su labor se optimice. Se quedan demasiados expedientes sin explorar y algunos niños que podrían beneficiarse de los programas de diversificación o de otra índole, se quedan fuera. Esta situación podría paliarse en parte si se hiciesen regularmente tests a nuestros alumnos como se hacía en el pasado.