Lo prometo

Tras más de año y medio sin escribir en el blog y sin demasiadas excusas que poner (aunque haberlas las hay), me planteo retomar con fuerza el escribir mis pensamientos en este cuaderno.
Es verano y todo el mundo está de vacaciones, estoy seguro de que nadie leerá esta declaración de intenciones, pero por si acaso: me comprometo a escribir un artículo quincenal. Ahí queda.

LOE ¿una ley antigua?


Carta abierta a la señora Ana Pastor

Hoy día 15 de diciembre se aprobó por fin la Ley Orgánica de Educación, sustituta de la LOGSE, la LOPEGCE y la LOCE. Hubo un pequeño rifirrafe en el Parlamento, poca cosa, comparado con la artillería usada las semanas precedentes, incluida la vertida en el destilado de ideología de la manifestación de Madrid.

En la comida tuve ocasión de escuchar algo del debate, en especial me llamó la atención una palabra utilizada por Ana Pastor al catalogar la ley como “antigua”. Y aquí viene la tímida crispación que ha provocado escribir este breve artículo de opinión.

Esta señora del PP llama por tanto moderna a su ya, por suerte para todos, derogada LOCE. Por tanto, son modernas algunas de las disposiciones recogidas en la misma:

  • Vuelta a la reválida. Exámenes y exámanes al alumnado para demostrar ¿qué y para qué?
  • Separación del alumnado en listos y tontos (perdonad por la expresión).
  • Asignatura de religión con el mismo rango que las demás y, por tanto, evaluable.
  • Cultura del esfuerzo mediante “más leña al mono”: notas puras y duras y el que no apruebe a repetir.
  • Mejora de los conciertos a los centros privados mediante el sistema español (el término les viene a los del PP que ni al pelo) de hacer “la vista gorda” ante la avalancha de subvenciones derivadas del bolsillo de los padres (o fundaciones un tanto oscuras) a los que se les exige el pago para poder tener a sus hijos en la escuela.

No sigo por no aburrir porque munición hay mucha. Ante esto habrá que solicitar a la exministra que aclare lo que entiende por “antigua” porque algunas de las medidas propuestas en la ley de la derecha, LOCE, parecían sacadas de alguna fosa del Valle de los Caídos, más que de manuales digamos “modernos”.

Lo cierto es que la polémica, por vieja no es menos sabida. El problema con esta ley y con las que puedan venir en el futuro, aunque complejo en su dimensión más holista (motivación del alumnado, formación del profesorado, rendimiento, fracaso escolar, diversidad, etc.), se puede reducir a dos cuestiones bien relacionadas entre sí: la financiación de los centros privados y la religión.

Ya puestos a ser antiguos, tal y como decía la exministra, me voy a retrotraer a la Segunda República Española (1931-1936). En ella se proclamaba la escuela única, la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza primaria, la libertad de cátedra y la laicidad de la enseñanza. Igualmente, se establecía facilitar a los españoles económicamente necesitados el acceso a todos los grados de enseñanza, a fin de que no se hallen condicionados más que por la aptitud y la vocación. Se aprueba en estos años el bilingüismo, permitiendo que en las escuelas primarias se enseñe en lengua materna, aunque sea diferente del castellano; se suprime la obligatoriedad de la enseñanza religiosa; se reforma la formación inicial de los docentes; se plantea la coeducación como forma de estudiar en los centros, etc. Sin duda son medidas de hace ya muchos años, antiguas por tanto, pero no antiguas en cuanto a las ideas que aportaban a la sociedad. Fue la sublevación fascista la que truncó aquella auténtica modernidad que por fin acababa con la religión como materia de enseñanza en la escuela y eliminaba la polémica entre centros públicos y privados, la que convirtió durante decenios a la educación en España como la más antigua y retrógrada de Europa y no la que ahora se deriva de la nueva ley.

Señora exministra, mire bien a su alrededor, a la gente de su propio partido y sabrá mejor que nunca lo que significa “antigua” en su más honda y profunda acepción española.

Interdependencia solidaria

En una ocasión una compañera de trabajo me preguntó qué significaban estas palabras. Nunca las he oído me dijo. En ese mismo momento no supe decirle el contenido de las mismas, no me había preocupado en exceso de profundizar en ellas, pero ahora deseo dedicarle una breve reflexión.

Me pongo manos a la obra y busco en la red “Interdependencia solidaria”, enseguida encuentro múltiples referencias. Vaya, me digo, no eran palabras tan raras. Empiezo a releer documentos y encuentro algunos tan coloristas como una página del País Vasco en la que aplican el término a la creación de una república vasca, otras tan salidas de tono como la enlazar estos vocablos con algo tan siniestro como el problema acaecido días atrás con los inmigrantes subsaharianos que pretendían saltar la valla de Melilla. Pero sobretodo encuentro estas palabras en muchos cursos de voluntariado de ONG diversas.

Bien, pienso, parece que aquí hay jugo. De entrada observo que más que cuestiones semánticas hay un trasfondo ideológico de gran calado. Y sigo leyendo y leyendo. Bien ahora ya estoy en condiciones de hablar algo de “Interdependencia Solidaria”.

Estas son mis reflexiones que someto a vuestra consideración:

  1. Las diferencias entre el mundo desarrollado (rico) y el mundo subdesarrollado (pobre) son cada día más grandes, a pesar de que las comunicaciones sean cada vez más rápidas, mejores y de más calidad.
  2. Existe una gran contradicción en las políticas globales promovidas en las reuniones de los países ricos. Contradicción que hace que el famoso 0,7 % esté tardando tanto en conseguirse.
  3. La globalización está machacando literalmente a los países pobres porque lejos de promover políticas de igualdad y solidaridad universales, llevan a los países ricos a un consumismo desenfrenado para seguir creciendo y creciendo mirándose al ombligo y olvidándose de los más desfavorecidos.

Todo lo dicho me lleva a afirmar que INTERDEPENDENCIA SOLIDARIA:

  • lleva implícito un redescubrimiento de la solidaridad en el respeto hacia el otro y en la consideración de que todos nos necesitamos.
  • se apoya en el principio de ciudadanía universal y no en el yo nací aquí y tú allí, yo no tengo ninguna culpa.
  • apuesta por personas críticas y reflexivas, comprometidas con los principios de justicia universales.

Interdependencia solidaria es valedora de esos mismos principios reflejados en todas las religiones y en todas las ideologías en las que cualquier persona depende de los demás para poder considerarse eso, persona.

En el equipo equivocado. A propósito de una web sobre prevención de acoso escolar

Mientras almuerzo asisto un tanto acostumbrado ya a una de esas noticias lanzadas a bombo y platillo, pero que poco o nada consiguen estimular mi mente, salvo para replantearme si estoy en el equipo adecuado o no.

Se trata de la presentación de la página Web http://www.acosoescolar.info en el telediario de Televisión Española. Esta página ha sido puesta en marcha por El Defensor del Menor, el Instituto Madrileño del Menor y la Familia, la Asociación Protégeles y la Fundación Riojana para la Sociedad del Conocimiento (FUNDARCO).

A priori me parece una encomiable tarea llevada a cabo por una pintoresca asociación de organismos y asociaciones que desde lugares puntuales de la geografía española van a trabajar en conjunto para atender a toda España. Pero esto no tiene la mayor importancia, sólo es una cuestión, digamos, llamativa.

Mi deseo de profundizar en el tema me lleva a la asociación Protégeles (http://www.protegeles.com/) y leo casi textualmente en su página web: Protégeles es una organización sin ánimo de lucro en la que trabajan profesionales pertenecientes a distintos campos: expertos en seguridad infantil, técnicos en informática, pedagogos, expertos en marketing y comunicación, y otros.

Y aquí viene mi reflexión que someto a la de todos los que os acerquéis a este cuaderno. Ana Blanco, la presentadora de televisión insistió varias veces en que desde la nueva página web un EQUIPO DE PSICÓLOGOS de la asociación Protégeles atendería a los casos que fueran denunciados a través de Internet. Esta afirmación también se puede leer en el portal de noticias Terra (http://actualidad.terra.es/sociedad/articulo/defensor_presenta
_web_ayudara_menores_552929.htm) a la que os remito para una lectura más detallada del tema.

Algunas interrogantes:

¿Fue un desliz de la periodista hablar de psicólogos cuando en la misma web de Protégeles se dice que el equipo lo forman pedagogos, entre otros?
¿Acaso fue difundida a propósito por el servidor de noticias Terra?
¿O sencillamente fue fruto de una idea bastante asentada en la sociedad en general de que cualquier problema en el que intervengan las relaciones personales debe ser resuelto por los psicólogos?
Apoyo la interrogante anterior en el hecho de que tras una catástrofe natural o algún problema relacionado con el aprendizaje o el fracaso escolar, los medios de comunicación recurran a la figura de algún experto psicólogo o psicóloga.

¿Y los pedagogos qué hacemos entonces? ¿Y los psicopedagogos? ¿Servimos para algo?

Entonces pienso ¿acaso me habré equivocado de equipo?

Soy maestro

Es cierto, además lo llevo con orgullo. Por encima de todo me siento maestro, ya no de escuela, pero sí maestro. Estaba en estas cavilaciones propias del comienzo de cada curso académico cuando me topé con el siguiente texto. Su lectura mi hizo evocar momentos vividos en las aulas con mis alumnos. Espero que os guste.

Nací en el mismo momento en que una pregunta brotó de los labios de un niño por primera vez.

He sido muchos hombres y mujeres en muchos lugares.
Soy Sócrates cuando estimulaba a los jóvenes atenienses a preguntar para descubrir ideas nuevas.

Soy Ane Sullivan, la institutriz que con sus dedos tecleó los secretos del universo en la palma abierta de Hellen Keller, sorda, ciega y muda.

Soy Esopo y Hans Christian Andersen, y otros que revelaron la verdad al mundo en sus innumerables cuentos y relatos.
Soy Marva Collins cuando luchaba por el derecho de todos los niños a recibir educación.

Soy Mary McCloud Bethune, la que construyó una gran escuela superior para mi pueblo, usando como pupitres cajones de naranjas vacios.

Soy también Bel Kaufman, empeñado en subir por la escalera que baja.

Los nombres de quienes han practicado mi profesión resuenan inolvidables para la humanidad: Booker T. Washington, pedagogo y reformista negro estadounidense, Buda, Confucio, Ralph Waldo Emerson, Leo Buscaglia, Moisés y Jesús.

También soy uno de aquellos nombres y rostros que han sido olvidados hace ya mucho tiempo, pero cuyo carácter y cuyas lecciones serán siempre recordados en los logros de sus discípulos.

He llorado de alegría en las bodas de mis antiguos alumnos, me he regocijado ante el nacimiento de sus hijos y, con la cabeza baja, he guardado el silencio del dolor y de la confusión ante las tumbas abiertas para cuerpos demasiado jóvenes.

En el transcurso de un día me han llamado para que fuera actor, amigo, enfermero y médico, entrenador, buscador de objetos perdidos, prestamista de dinero, taxista, psicólogo, sustituto de padres o madres, vendedor, político y portador de la fe.

A despecho de mapas, cartas, fórmulas, verbos, relatos y libros, en realidad no he tenido nada que enseñar, porque en realidad mis alumnos sólo se han tenido a sí mismos como tema de estudio, y sé que para decirte quién eres necesitas nada menos que el mundo entero.

Soy una paradoja. Hablo en voz más alta cuanto más escucho. Mis dones más importantes se encuentran en lo que estoy dispuesto a recibir, con agradecimiento, de mis discípulos.
La riqueza material no es uno de mis objetivos, pero soy un investigador a tiempo completo en mi búsqueda de nuevas oportunidades para que mis alumnos usen sus talentos, y en mi constante ir en pos de aquellos talentos que permanecen sepultados bajo la autodestrucción.

Soy el más afortunado de todos los trabajadores. En un momento mágico, a un médico le es concedido abrir a un nuevo ser las puertas de la vida. A mí me ha sido dado vigilar que la vida renazca día tras día con preguntas, ideas y nuevas amistades. Un arquitecto sabe que si edifica con cuidado, las estructuras que erige pueden durar siglos. Un maestro sabe que si construye con amor y honestidad, lo que construye durará eternamente.

Soy un guerrero que día a día lucha contra la presión, la negación, el miedo, el conformismo, los prejuicios, la ignorancia y la apatía de los padres. Pero cuento con grandes aliados: la inteligencia, la curiosidad, el apoyo de los padres, la individualidad, la creatividad, la fe, el amor y la riqueza, dispuestos a defender mi estandarte con apoyo indomable.
A quién sino a vosotros, la gente, los padres, tengo que agradecer esta vida maravillosa que tengo la fortuna de vivir. Porque me habéis hecho el gran honor de confiarme la mayor contribución que habéis hecho a la eternidad: vuestros hijos.
Por eso tengo un pasado rico en recuerdos y un presente que es venturoso y agradable desafío: porque me ha sido dado pasar mis días con el futuro.

Soy maestro… y se lo agradezco a Dios cada día.

Autor:John W. Schlatter
http://www.gratisweb.com/ml97magazine/maestro.html – rmm.cl – motivaciones.org

Mi primera reflexión

Inicio mi bitácora con un sencillo, pero sentido poema de Gabriel Celaya, en el que se resume gran parte de la esencia de enseñar. Creo que en sus palabras se pueden encontrar reflejados los deseos que todo buen docente siempre tuvo sobre la verdadera utilidad de su trabajo.

EDUCAR

Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca…
hay que medir, pensar, equilibrar…
y poner todo en marcha.

Pero para eso, uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino …
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia concentrada.

Pero es consolador
soñar mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.

Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada.

Gabriel Celaya