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(0)A través del viejo Topo he tenido ocasión de ver imágenes de la represión brutal del ejército egipcio contra los manifestantes que contrastan con la manera en la que se difunde a través de los medios de comunicación.
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Europa, hacia la dictadura de los banqueros
(0)Les dejo la última entrada del blog del Juan Torres López, que realiza una encomiable labor de difusión de información para el análisis de la realidad. Lo que dice, desde luego, genera escalofríos.
EUROPA, POR EL PEOR DE LOS CAMINOS
Lunes, 12 de Diciembre de 2011
Una vez más una cumbre europea termina con frustración y me atrevería a decir que, como en los últimos tiempos, dando un paso más hacia el abismo. No puede ser de otro modo cuando sus dirigentes se empeñan en adoptar decisiones cuya ineficacia se viene comprobando desde hace tiempo y cuando, además, se quieren imponer de un modo dictatorial a la ciudadanía.
Los dirigentes europeos, bien sea por su incompetencia, por su servilismo hacia los poderes financieros o por su ceguera ideológica, siguen sin percatarse de que están centrados en resolver un problema principal que no lo es y que ese desenfoque agrava el que verdaderamente se está sufriendo.
El problema de Europa no es el de la deuda soberana. Esta es, por un lado, el resultado estructural de las políticas que en los últimos años vienen frenando la generación de ingresos y produciendo un incremento continuado de la desigualdad. Y, por otro, de la coyuntural pérdida de ingresos e incremento del gasto provocados por la crisis financiera. Por tanto, la solución no puede venir, cómo se empeñan, en disminuir más aún los ingresos aumentando la desigualdad porque de esa manera solo se consigue fortalecer los factores que han producido la explosión de la deuda pública al llevar de nuevo a la recesión a las economías europeas.
Los dos problemas que realmente están minando a la economía europea y provocando ya una crisis política que no sabemos si va a poder tener solución son otros. Uno es el defectuoso diseño de la zona euro que impide aplicar las políticas necesarias para afrontar una crisis como la que estamos viviendo. Y el otro, algo que las autoridades no quieren reconocer para salvar la cara de los bancos que provocaron la crisis: la insolvencia generalizada del sistema bancario y su incapacidad y falta de voluntad para poder volver a financiar convenientemente a la economía.
Los dirigentes europeos se están empeñando en circular por este camino de las políticas económicas equivocadas y así solo van a llevar a Europa al descalabro económico, al desastre social y a un conflicto político irresoluble.
Y lo están haciendo con maldad y con incompetencia. En primer lugar, porque no han querido resolver el problema de la deuda con decisión imponiendo desde el principio una solución que hubiera sido fácil de aplicar e infinitamente menos costosa, obligando a intervenir al Banco Central Europeo, sino que han preferido convertirla en un gigantesco negocio para la banca y los grandes fondos de inversión privados, a costa de aumentarla y de convertirla en un lastre dramático para los pueblos europeos.
En segundo lugar, porque han renunciado a adoptar medidas contra las causas reales de la crisis (de rediseño institucional y estructural, de regulación financiera y de fortalecimiento fiscal) para limitarse en la práctica a la imposición de políticas de recorte de gasto. Unas políticas cínicamente llamadas de austeridad (cuando solo lo son en lo que toca a los recursos destinados a financiar derechos sociales y capital social que necesitan principalmente las pequeñas y medianas empresas) que frenan la actividad en el conjunto de la economía pero que lo hacen afectando de una manera muy desigual a los distintos sujetos económicos. Y así, lo que de verdad están haciendo las autoridades europeas no es tratar de resolver los problemas de Europa o de la economía europea en su conjunto sino solo los de las grandes empresas y, particularmente, los de los bancos privados. Y esa orientación tan asimétrica es lo que está dando lugar a que la crisis económica se haya convertido en otra grave crisis política e institucional.
Y en tercer lugar porque el contraste entre la mano dura de la que hacen gala los dirigentes europeos a la hora de aplicar estos recortes y la generosidad con que miran a otro lado para no poner sobre la mesa el problema de la quiebra bancaria prácticamente generalizada es ya mucho más que vergonzosa. Comenzaremos a contemplar en breve otra ronda de ayudas a los bancos que han provocando la situación en la que estamos, bajo la forma de nacionalizaciones que en realidad no lo son porque la propiedad y la capacidad de decisión siguen en las mismas manos, de creación de bancos malos como el que está previsto que cree el próximo gobierno del Partido Popular, o de nuevas ayudas multimillonarias, y sin que nada de ello repercuta en una mejor y más urgente financiación a las empresas y consumidores. Porque esas no son las soluciones que precisa un sistema bancario quebrado, rentista y dedicado con preferencia a la especulación.
Este es uno de los dos principales caminos que llevan a Europa al abismo: el de las políticas equivocadas y cómplices con la banca privada y el de la ceguera ideológica ante una realidad que muestra cada vez más inequívocamente que así no se sale de la crisis sino que nos hunde más en ella. Y no solo eso: en mi opinión, deberíamos empezar a considerar que lo que están haciendo las autoridades europeas, el daño que sus políticas están provocando en la población civil de bastantes países, está comenzando a aproximarse mucho al nuevo concepto de crimen económico contra la humanidad (ver Lourdes Benería y Carmen Sarasúa, Crímenes económicos contra la humanidad).
Y lo malo es que no es ese el único camino hacia el abismo por el que se empeñan en transitar los dirigentes europeos. Otro, el de la imposición dictatorial de estas políticas, conlleva consecuencias semejantes. En lugar de buscar la complicidad de la ciudadanía y convertirla en un sostén decisivo mediante el debate y la participación para salir de la crisis con equidad y eficacia, las autoridades europeas buscan una vez más sortear el pronunciamiento de los pueblos y eso es algo de nuevo inaceptable.
Se puede volver a hacer trampas como en ocasiones anteriores, llevar a cabo reformas constitucionales por la puerta de atrás, imponer las políticas mediante instrumentos legislativos de tercer orden o, como también se está haciendo ya, dar golpes de estado para derribar a gobiernos legítimos y poner en su lugar a banqueros, pero creer que así, convirtiendo a Europa en una auténtica dictadura de los poderes financieros, se va a conseguir resolver de verdad algún problema es una quimera. Al revés, se está creando el mayor al que nos podríamos enfrentar en Europa, que no es otro que el de su propia autodestrucción y el del enfrentamiento general que eso va a llevar consigo. -
The Jackson song, una canción de Patti Smith
(1)The Jackson Song
Little blue dreamer go to sleep
Let’s close our eyes and call the deep
slumbering land that just begins
When day is done and little dreamers spinFirst take my hand now let it go
Little blue boy you’re on your own
Little blue wings as those feet fly
Little blue shoes that walk across the skyMay your path be your own
But I’m with you
And each day you’ll grow
He’ll be there too
And someday when you go
We’ll follow you
As you go, as you goLittle blue star that offers light
Little blue bird that offers flight
Little blue path where those feet fall
Little blue dreamer won’t you dream it allRefrain
And in your travels you will see
Warrior wings remember Daddy
And if a mama bird you see
Folding her wings will you remember me
As you go, as you go
As you go, as you go -
Y da mucho miedo
(0)Les dejo aquí un extracto de la entrada del blog de Juan Torres López en la que nos advierte de que el agravamiento de la crisis actual, ayudado por las medidas impuestas a los gobiernos por la Unión Europea, está creando las condiciones para imponer el modelo que al capital europeo le interesa; y da mucho miedo.
“Pero no creo, sin embargo, que se trate solamente de un asunto de incompetencia por ceguera ideológica y ni siquiera de que, efectivamente, el euro esté muy mal diseñado, aunque ambos factores creo que intervienen sin lugar a dudas, sino que me parece que lo que está pasando es también la consecuencia de la puesta en marcha de una auténtica estrategia bien pensada y articulada a la que interesa provocar la situación de perturbación en la que estamos para poder aplicar más fácilmente los ajustes que se pretende consolidar como constantes en la política europea para los próximos años.Como han puesto de relieve diversos documentos de trabajo u oficiales de la Unión Europea, la idea dominante desde hace algún tiempo es que se está modificando la arquitectura mundial y que es preciso que los capitales europeos se ajusten de otro modo en el planeta para salir adelante, porque los mercados internos cada vez van a resultar menos capaces de proporcionar rentabilidad y acomodo adecuado a la escala con la que se ha de operar en los nuevos mercados. Y particularmente se tiende a pensar que Europa debe prepararse para ser competitiva con los países asiáticos que se cree que van a ser el polo de referencia principal de la industria, el comercio y las finanzas internacionales a medio y largo plazo.
Esa idea es la que está llevando a imponer los pactos suscritos hasta ahora fundamentalmente orientados a controlar salarios y a establecer mecanismos de estricta rigidez que aseguren estructuras de costes competitivas a las grandes empresas europeas dado que se reconoce que la estrategia orientada a situar a Europa en la vanguardia de la innovación y el desarrollo tecnológico ha sido un fiasco.
El Informe al Consejo Europeo del Grupo de Reflexión sobre el futuro de la UE en 2030 viene a mostrar esta posición de un modo bastante claro en torno a tres ideas fuerza fundamentales: hay que prepararse para competir con Asia, para ello es necesario reforzar las reformas que reduzcan costes y aseguren mucho mayor control y vigilancia sobre la actuación de los países miembros, especialmente en su gestión presupuestaria, y para ello es imprescindible avanzar en una mayor coordinación o incluso en la unión política.
El paso más importante y decisivo en ese camino es la puesta en marcha del nuevo Mecanismo Europeo de Estabilidad que se le ha presentado a la opinión pública como un simple fondo cuya puesta en marcha requiere una “pequeña reforma” en el Tratado de Lisboa (como dice textualmente la web de la Comisión: http://bit.ly/tKqAxS) cuando en realidad trae consigo es una filosofía neoliberal reforzada, una nueva autoridad mucho más antidemocrática y un nuevo corsé político mucho más ajustado impuesto al conjunto de los países miembros que va a suponer costes y desventajas para las clases trabajadoras y el bienestar social muy grandes y proporcionales a los beneficios que va a proporcionar a los bancos y grandes empresas europeas.
Se trata de un mecanismo que va a obligar a los países miembros “irrevocable e incondicionalmente”, de modo que ninguno de ellos tendrá posibilidad de salirse del camino establecido, que consolida el recurso a los mercados como la vía de solución de los problemas financieros, cuando en realidad esa ha sido la causa de la crisis y su principal mecanismo de agravamiento y de contagio; y que va a acabar con los restos de soberanía sin contrapartidas de gobierno común europeo que quedaban en Europa.
En mi opinión, lo que mejor explica la contumacia a la hora de seguir aplicando medidas que no funcionan para lo que se dice que van a servir es que en realidad se están creando las condiciones de shock que justifiquen la puesta en marcha de estos nuevos mecanismos más centralizados de control y supervisión, que no de gobierno democrático, y que consoliden el ajuste terrible que se prepara en un nuevo marco de recortes sociales y de privatizaciones de servicios públicos”.
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Déficit: estrategia interesada
(0)Aquí les dejo un artículo bastante conciso de la importancia y el calado político de la reforma constitucional que el gobierno pretende incluir para restringir el déficit público.
Crisis económica igual a crisis fiscal, salida de la crisis igual a austeridad presupuestaria”. Esto es lo que ha quedado de las ampulosas proclamas de los líderes europeos que se plantearon reformar o incluso refundar el capitalismo en los primeros momentos de la gran recesión. Poco importa que esta crisis se haya incubado en los mercados financieros del centro capitalista, inmersos en una deriva cada vez más especulativa; o que en su origen se encuentre una distribución de la renta y la riqueza crecientemente desigual; o que se superponga a una colosal crisis de supervivencia y medioambiental.
Nada de esto importa. La agenda política de los gobiernos, la de Bruselas y la de las agencias internacionales han situado las cuentas públicas en la diana. Como lo ha hecho una parte de los economistas, los que hasta hace poco reivindicaban la eficiencia de los mercados realmente existentes, aportando análisis y teorías que, cargados de ideología, se presentaban como portadores de verdades y principios incontrovertibles.
Lo cierto, sin embargo, es que la deuda y los déficits públicos no son la causa de la crisis sino su consecuencia. La recesión económica (primero) y el bajo crecimiento (después) han mermado los ingresos de los estados nacionales, que, en paralelo, han encauzado cantidades ingentes de recursos a los bancos, sin exigirles a cambio compromiso alguno en cuanto al destino de los fondos recibidos y, por supuesto, sin entrar en sus consejos de administración. Los mismos bancos que han recibido dinero público en condiciones privilegiadas han continuado remunerando generosamente a sus directivos y grandes accionistas, utilizando el dinero de todos para especular contra la deuda soberana de los países, obteniendo de este proceso suculentos beneficios. La crisis provocada por los mercados se ha convertido así en una crisis pública con la que se enriquecen los mismos mercados.
Continuamente, se invoca la autoridad de los mercados, como si estuvieran gobernados por una racionalidad indiscutible y como justificación de que no hay alternativas. Pero, en realidad, el término ‘mercados’ oculta los intereses de operadores financieros, inversores institucionales, fondos de alto riesgo, empresas transnacionales y grandes fortunas que, cada vez con más desparpajo, fijan la agenda de gobiernos e instituciones.
Se proclama la necesidad de instrumentar políticas de austeridad presupuestaria sin suavizar y mucho menos desactivar la capacidad especulativa de los mercados, sin proceder a su regulación, sin gravar las transacciones financieras más volátiles y que implican mayor riesgo sistémico, sin aumentar la carga impositiva de las rentas más elevadas, sin perseguir los paraísos fiscales. Ninguno de estos asuntos está en la agenda política, o lo está sólo de manera retórica y, sin embargo, actuar en esta dirección podría contribuir al fortalecimiento de las cuentas públicas y a la superación de la crisis. Al contrario, para agravar aún más la situación, se ejecutan políticas que, al no tomar como prioridad la creación de empleo y el fortalecimiento de la demanda agregada, cercenan las posibilidades de recuperación de las economías, lo que debilita aún más la capacidad recaudatoria de las administraciones públicas.
Dentro de esa camisa de fuerza, dentro de ese campo de juego, las políticas de austeridad pública consisten, casi de manera exclusiva, en contener o mejor aún reducir el gasto público. En ese proceso de ajuste no peligran, claro, las prebendas que reciben algunos grupos privados bien posicionados, enquistados en el Estado; la tijera se mete en las inversiones públicas y en los gastos de naturaleza social, recortes que debilitan aún más la cohesión social y laminan el potencial de desarrollo de los países.
Pero el asunto desborda con mucho los confines de la economía. Tras un debate que algunos pretenden técnico o gobernado por la pura lógica económica, al que está llamado un selecto grupo de especialistas, se encuentran los intereses de aquellos grupos cuya estrategia consiste en ocupar el Estado. De ahí la necesidad de debilitarlo y
convertir en negocio, en su negocio, el sector social público. Por esa razón, por todo lo que está en juego, no podemos aceptar que ese debate quede atrapado en el lenguaje técnico y muchas veces opaco de los especialistas.
El Gobierno socialista, presionado por los mercados y entregado a los postulados neoliberales, no sólo ha impulsado políticas situadas en los parámetros descritos. Además, en una última pirueta, pretende dotar de rango constitucional el objetivo de estabilidad presupuestaria. Al llevar una creencia, una opción de política económica, la más conservadora, al articulado de la Carta Magna, ¿qué queda de la pluralidad de alternativas sobre las que descansa una sociedad democrática? ¿Quién se acuerda de ese proyecto europeo que quería inspirarse en la diversidad? Aprobar esta reforma constitucional es una carga de profundidad contra las políticas de corte progresista que se sustentan en la activa participación del Estado y en la cohesión social. A través del encaje parlamentario se podrá dar salida a esa reforma vulnerando el derecho de la población a expresarse en un referéndum sobre una cuestión tan crucial. Esta será la herencia, la responsabilidad del Gobierno Zapatero.Fernando Luengo. Profesor de economía aplicada de la Universidad Complutense de Madrid. (Dominio público)
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Porque nuestras vidas rozan los hechos de la Historia
(0)Leyendo la intervención de Belén Gopegui “De qué tratan nuestras vidas”, me encuentro con este poema de Arthur Clough:
No digas que de nada sirve la lucha,Que son las heridas y el esfuerzo en vano,
Que el enemigo no ceja ni desfallece,
Y que seguirán siendo las cosas como siempre han sido.
Si fue falsa la esperanza, también los temores pueden mentir;
Tal vez tras ese humo lejano, ocultos
Ahora mismo tus camaradas persigan al adversario en retirada
Y, pese a tu escepticismo, resulten ser dueños del campo de batalla.
Pues aunque aquí las olas exhaustas rompan en vano
Sin que parezcan un palmo ganar,
Por allá la marea inunda bahías y ensenadas
y avanza en silencio
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15-M: Hartos de estafas y de impunidad
(0)Les dejo este escrito que resume con claridad los motivos de las protestas que están teniendo lugar en las calles de toda España.
15-M: HARTOS DE ESTAFAS Y DE IMPUNIDAD
Jueves, 19 de Mayo de 2011
Por Juan Torres López, Catedrático de Economía de la Universidad de
Sevilla es miembro del Comité científico de ATTAC-España
(www.juantorreslopez.com) y Carlos Martínez, Politólogo y ex-
Presidente de ATTAC España (carlosmartinezblay.blogspot.com)La inmensa mayoría de lo políticos, periodistas y tertulianos no han
querido oír en los últimos tiempos a los jóvenes con tasas de paro del
45%; ni a las miles de personas que reclamaban al Banco de España y
los tribunales que los defiendan de las estafas de los bancos en forma de
contratos de swaps, clips y demás engaños; ni a los cientos de miles de
familias que han perdido la vivienda; ni a las docenas de miles de
pequeños y medianos empresarios que cierran sus empresas porque no
reciben ni un euro de bancos que usan las ayudas públicas para seguir
especulando; ni a los padres y madres de familia que tienen cada vez
más dificultades para llegar a fin de mes mientras los beneficios de las
grandes empresas y bancos se disparan; ni a quienes decíamos que las
medidas que se estaban tomando no eran para resolver la crisis sino
para que quienes la habían provocado salieran de ella con más poder y
más beneficios; ni a quienes empezaban a sentirse indignados porque el
gobierno llamara a La Moncloa para crear empleo a los grandes
directivos de las empresas y bancos que más puestos de trabajo han
destruido en los últimos años.
Han estado haciendo oídos sordos a todo esto. Nunca hablan de que los
bancos matan de hambre a la gente ni explican cómo les engañan y
quitan sus viviendas. Y ahora que la gente reacciona y sale a la calle
harta de todo eso, quieren ser ellos los grandes intérpretes de lo que está
pasando.
Pero se van a equivocar de nuevo.
Lo que está ocurriendo y lo que va a ocurrir en nuestras calles es
bastante más sencillo de lo que parece. La gente ve, la gente lee y la
gente entiende mucho más de lo que le ofrecen los medios propiedad de
los bancos y de las grandes empresas que solo programan bazofia para
que la mayoría de la gente ni vea, ni piense, ni sepa nada inconveniente
para ellos. Cada vez más gente entra internet y habla con otras gentes
para informarse por otras vías y ha empezado a descubrir que Botín,
Miguel Angel Fernández Ordoñez, Francisco González, Rajoy,
Esperanza Aguirre, Zapatero y compañía han montado una estafa
colosal y que ya se ha empezado a cansar de soportarla.
Se han dado cuenta de que sí sabían que se iba a producir una crisis de
gran envergadura pero que la ocultaron para que no se viera la
responsabilidad criminal de quienes la habían provocado, los bancos y
las autoridades de los gobiernos y los bancos centrales que miraban a
otro lado.
Se han dado cuenta de que las multimillonarias ayudas que le dieron a
los bancos con la excusa de que así se iba a reactivar el crédito para que
no se siguiera perdiendo empleo ha sido también mentira porque lo que
han hecho los bancos con ese dinero ha sido emplearlo en especular con
la deuda de los gobiernos y así extorsionarlos mediante el auténtico
terrorismo financiero que practican las agencias de calificación para
exigirles reformas que les den aún más ventajas.
Se han dado cuenta de que la reforma laboral, la de las pensiones, de las
becas y ayudas a la educación, el recorte de salarios y las que vendrán
para modificar la negociación colectiva o para privatizar los servicios
públicos no tienen nada que ver con las causas de la crisis, sino que son
la forma de abrir nuevos negocios para que sigan forrándose los mismos
de siempre.
Y la gente empieza a darse cuenta de que ya no se puede soportar tanto
engaño en nuestra vida política, con cientos de cargos imputados por
corrupción sin que los dirigentes de los partidos les digan nada, con un
bipartidismo favorecido por una ley electoral sencillamente no
democrática, por créditos bancarios que nunca devuelven y por medios
de desinformación propiedad de las grandes fortunas o de empresas y
bancos que solo informan de lo que les conviene. Es decir, miles de
personas se han dado cuenta ya de que no vivimos en una democracia y
que, por tanto, hay que reclamar la Democracia Real cuanto antes.
Eso no es todo, porque también hay algo más.
La gente que está en las calles, la que apoya a la que ya está en la calle
y la que se va a ir sumando a la calle SÍ TIENE ALTERNATIVAS aunque
los políticos convencionales se empeñen en descalificarnos diciendo que
somos antisistema (cuando en realidad es el sistema el que es antinosotros)
que solo sabemos protestar y decir que no.
Somos muchos y de sensibilidades variadas pero basta ver los
documentos que han ido circulando llamando a las manifestaciones para
percibir que hay cuestiones comunes y básicas que nos unen a todos
porque, por encima de nuestras diferencias, somos, sobre todo y
simplemente, ciudadanos y ciudadanas que lo que queremos es algo tan
elemental como democracia real y justicia de verdad.
Entre otras demandas que pueden verse en los documentos de
Democracia Real Ya u otras organizaciones que apoyan las
movilizaciones, como ATTAC, queremos que haya una ley electoral que
no sea discriminatoria, que garantice la igualdad de todos las personas
ante los procesos electorales, queremos una jurisdicción que expulse de
la vida política a los corruptos, queremos leyes de medios que garanticen
pluralidad y no la concentración perversa de ahora….
Queremos normas que garanticen que los banqueros y las grandes
patronales no puedan extorsionar a los gobiernos ni imponer su voluntad
a los poderes representativos. Queremos que las decisiones económicas
las tomen aquellos que hemos elegido para que las tomen, y no otros
disfrazados de mercados. Y que los mercados estén sometidos a la ética
de la satisfacción social y no a la del lucro sin cese.
Queremos recobrar las empresas que los gobiernos concedieron a bajo
precio a capitales privados y que ahora se llevan nuestro capital y
beneficios a otros lugares despidiendo a nuestros conciudadanos y
prestando servicios mucho peores y más caros.
Queremos una banca pública controlada estrictamente para que
garantice financiación a los pequeños y medianos empresarios y a las
familias.
Queremos medidas de urgencia para que se investigue a los
responsables de la crisis y paguen con dinero y cárcel por sus estafas,
engaños y crímenes económicos en aquí y en los paraísos fiscales.
Queremos una reforma fiscal que acabe con la injusta situación actual
que permite que los más ricos prácticamente no paguen y que hace
recaer la mayor carga impositiva en los asalariados y pequeños y
medianos empresarios de rentas más bajas, arruinando así a las clases
medias y trabajadoras que son el sostén de las democracias.
Queremos que los poderes públicos impidan desde ya que siga habiendo
miles de familias que pierden sus viviendas a manos de las entidades
financieras, que se penalicen las actividades especulativas y que
nuestro patrimonio natural y ambiental se siga destruyendo como hasta
ahora solo para que ganen dinero unos pocos desalmados.
Esto es más o menos lo que quieren estas personas, jóvenes y más
maduras, que han irrumpido en nuestras calles como un tsunami que
durará mucho más de lo que algunos se creen.
No hace falta mucho debate para entender lo que piden, lo que pedimos.
Es bastante elemental:
Que los culpables paguen el daño que han causado, que si antes han
salvado tan generosamente a los ricos, salven ahora a las personas, y
que se garantice que las decisiones que se toman en las instituciones
políticas sean las que hayamos decidido los ciudadanos y ciudadanas
cuando elegimos a nuestros representantes y no, como está sucediendo,
las que imponen los banqueros y grandes propietarios para salvar
solamente sus intereses egoístas.
Eso es todo lo que exigimos. De momento