Distancia de seguridad frente al coronavirus

Ayer, domingo 29 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe sobre los modos de transmisión de la enfermedad CoVID-19 y en el que se incluyen recomendaciones sobre la prevención y control de la infección. Una de las precauciones que hemos de tomar mientras dure la pandemia es, si salimos de casa por motivos de primera necesidad, guardar una distancia de seguridad de entre uno y dos metros con otras personas. Esto se debe a que es posible el contagio por las secreciones de la boca (tipo tos, estornudos, hablar, etc.) de personas infectadas. Pero ¿por qué esta distancia?

En una publicación anterior en el blog comentamos un estudio experimental en el que, entre otros resultados, se indicaba que el coronavirus permanece en el aire, con capacidad infectiva, al menos hasta tres horas en aerosoles. Sin embargo, los efluvios cargados de coronavirus que liberan las personas infectadas, no siempre se encuentran como los aerosoles experimentales del estudio, sino como unas gotas a las que, en la jerga médica, se les denomina gotitas de Flügge. El tamaño de las gotitas de Flügge puede ser muy variado, y también el tiempo en el que permanecen en el aire.

De modo general, podemos decir que la transmisión de gérmenes vía aérea puede ocurrir bien a través de gotitas relativamente grandes (de más de 5 μm, y hasta de 500 μm, e incluso más) o a través de otras más pequeñitas que pueden permanecer como aerosoles (menos de 5 μm). Las gotitas más grandes caen al suelo rápidamente por la gravedad, lo que requiere que tanto la persona infectada como las sanas, susceptibles de ser infectadas, estén muy cerca para que se produzca la infección; sin embargo, la transmisión por aerosoles puede ocurrir incluso a largas distancias y no requiere que los individuos infectados y susceptibles estén en el mismo lugar y al mismo tiempo.

En el caso de la enfermedad CoVID-19, por el número y tipo de contagios se estima que el SARS-CoV-2 sale de las vías respiratorias principalmente en gotitas grandes. En gotitas pequeñas (aerosoles), en el informe de la OMS se indica que, según estudios muy recientes, solo parece ocurrir en circunstancias concretas relacionadas con los tratamientos médicos a los pacientes con coronavirus SARS-CoV-2, tales como intubación (y extubación), traqueotomía o incluso colocar al paciente en posición de decúbito prono, lo cual mejora la ventilación respiratoria (comentado aquí).

Nos parece interesante mencionar que, en 1934, W.F. Wells calculó que una gotita de agua de 170 μm de diámetro en aire seco (0% humedad) cae dentro de 2 metros en 3 segundos. Con este y otros datos generó las denominadas “curvas de Wells”, que relacionan la distancia de caída y el tiempo de evaporación de gotas en aire, teniendo en cuenta tanto su diámetro como las condiciones de humedad (ver figura).

Regresando al estudio de la OMS, en él se concluye que se han de extremar la protección del personal sanitario que lleva a cabo las manipulaciones que puedan generar que el virus salga dispersado en forma de aerosoles. En cuanto a los que no estamos expuestos de ese modo, mantienen el continuar con las medidas de higiene y seguridad que ya conocemos, como lavarse las manos y desinfectar las superficies que pudieran haber estado en contacto con el coronavirus, así como mantener la distancia física. Y, en lo referente al uso de mascarilla, lo principal es que estén a disposición del personal sanitario, tal y como bien se comenta aquí.

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Francisco J. Esteban. Profesor Titular de Biología Celular (UJA). Profesor visitante en la Unidad de Biología Computacional de la Harvard Medical School. Grupo de Investigación “Biología de Sistemas Complejos” (UJA). Asesor científico de la Asociación Síndrome STXBP1.

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