Lejía para inactivar al coronavirus en superficies

Bien es sabido que, para evitar contagiarnos, hemos de ser muy cuidadosos con las medidas de higiene personal y limpieza que nos recomiendan los expertos, principalmente lavarnos bien las manos y desinfectar las superficies en las que se pueda haber depositado el virus. De la estabilidad del coronavirus en el plástico, el acero, el cartón y el cobre ya hablamos en este blog y, con la ayuda de Renato Álvarez-Nodarse, hicimos nuestras cuentas en el blog del IMUS. En estos estudios se muestra que el coronavirus puede permanecer activo al menos hasta 3 días en algunas de las superficies, por lo que una pregunta que nos surge es ¿cómo podemos inactivarlo?

En el documento “Procedimiento de Actuación frente a casos de infección por el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2)” del Ministerio de Sanidad, se indica: “Estos virus se inactivan tras 5 minutos de contacto con desinfectantes de uso por el público en general, como la lejía o con una solución de hipoclorito sódico que contenga 1000 ppm de cloro activo (dilución 1:50 de una lejía con concentración 40-50 gr/litro preparada recientemente).”; o sea, agua con un chorrito de lejía, como se ha hecho de toda la vida. Si queremos ser algo más exactos, podemos añadir los 30 mililitros de lejía que caben en un vaso de chupito (que para pocas celebraciones estamos ahora) por cada litro y medio de agua.

El mecanismo de actuación específico de la lejía sobre los virus, curiosamente, no se conoce del todo pero inactivados quedan, y parece que se debe a la oxidación de las proteínas de la cubierta del virus. Os animo a ver el vídeo “La vida secreta de la lejía”; está en inglés, pero se sigue bien y podéis activar los subtítulos (también en ingles).

Seguro que os ha llamado la atención cuando comentan que utilizamos la lejía desde hace 200 años pero que la evolución ya hizo mucho antes que algunas células de nuestro organismo sean capaces de producir “lejía” para combatir infecciones. Y así es.